martes, 13 de diciembre de 2016

EL PERDÓN



DEL RESENTIMIENTO AL PERDÓN, una puerta a la felicidad… Enójense pero sin pecar, que la puesta del sol no los sorprenda en su enojo.
El resentimiento es un sentimiento que aparece como una reacción negativa ante una ofensa recibida y que permanece en el interior de una persona de modo que la vuelve a vivir, a sentir una y otra vez e incluye un deseo de venganza. 
 
El perdón es la acción por la que una persona perdona a otro, renunciando a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden afectadas o queden menos afectadas. El perdonante no "hace justicia" con su concesión del perdón, sino que renuncia a la justicia al renunciar a la venganza, o al justo castigo o compensación, en aras de intereses superiores.
 

Afuera el resentimiento, ven a Jesús y pídele la sanación interior, fortaleza, decisión, humildad para perdonar y disfruta de la plena felicidad, del amor verdadero aun en medio de las dificultades. Dios te ama (Jn 3,16) y espera que vuelvas a él (Lc 15).
Para algunas personas perdonar es sinónimo de debilidad, a otras les parece un contrasentido porque la suponen como un atentado contra la justicia, hay quienes piensan que el perdón deba condicionarse al ajuste de cuentas o en el mejor de los casos a la rectificación del agresor. También existen quienes dicen que perdonan pero en el fondo no están dispuestos a olvidar o que les parezca razonable perdonar hasta un cierto límite porque de lo contrario resultaría intolerable o quien se considera incapaz de perdonar cierta ofensa aunque quisiera hacerlo. No podemos ocultar que el tema del perdón es difícil pero mucho más difícil es vivir resentidos, debemos reconocer que el perdón es uno de los medios más importantes para alcanzar la felicidad porque estabiliza el alma y llena de paz. 
¨No te dejes llevar del enojo, pues el enojo reside en el pecho de los necios¨. Ecl 7,9 
¿Estamos sentidos o somos resentidos?
Una persona esta sentida cuando por algún sentimiento concreto se encuentra interiormente dolida y permanece ese dolor dentro, cuando ese sentimiento se ha convertido ya en su forma de ser, cuando la persona no solo esta sentida sino que se siente con facilidad entonces es una persona resentida. Cuando alguien ya no solo está, sino que es una persona resentida sus acciones afloran continuamente y a veces en forma agresiva, incluso ante situaciones que no son ofensivas. Esto debido a situaciones que no se han aceptado y perdonado y es por ello que aparecen una y otra vez robando la paz del alma. 
PERDONAR Y OLVIDAR
¿Cómo puedo perdonar a esta persona si no puedo dejar de
sentir dolor por lo que me hizo?
Como decíamos perdonar no equivale a dejar de sentir, el perdón es un acto de voluntad porque consiste en una decisión. Para dejar de sentir los efectos de la ofensa debo de pedir a Dios su gracia. Una buena manera para contrarrestar los efectos de la ofensa consiste en darle un giro que le haga cambiar de signo. Por ejemplo: al sentir la herida podemos pensar en el daño que el otro se ha hecho así mismo al ofendernos y dolernos por él. Podemos también pedirle a Dios que le ayude a enmendar su acción errónea a pesar que estamos experimentando aun sus efectos, no está en nuestras manos no sentir la ofensa y olvidarla pero el corazón que se ofrece al espíritu santo cambia la herida en compasión y purifica su memoria convirtiendo la ofensa en intercesión. Perdonar exige la intención de restablecer a la amistad que se tenía con el otro antes de que se cometiera la ofensa, no basta cancelar la deuda y mantenerme al margen, es preciso que ningún sentimiento negativo ensombrezca la relación amorosa que existía. No se puede decir: te perdono pero de ahora en adelante guardemos nuestras distancias, a no ser que el ofensor continúe con su agresividad y entonces si es conveniente cortar por lo sano y mantener cierta distancia, pero consientes de que hicimos todo lo posible por restablecer la relación.
¿Por qué perdonar?
Dios nos ha perdonado y desea que tú hagas lo mismo así obtendrás la paz interior. Si no perdonas eres esclavo de tu odio y resentimiento, ellos serán la cárcel de tu alma. Es un requisito para recibir el perdón de Dios. “Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido” Mt 6,12. Jesús nos da el mayor ejemplo de perdón:
“Mientras tanto Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no
 saben lo que hacen” LC 23,34
El perdón produce grandes beneficios, tanto a nivel personal como en relación con los demás y con Dios. 
La felicidad Es una emoción que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada.
La paz del corazón es la única paz que trae la felicidad, y esa paz del corazón es un don de Dios. 

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